Riesling, el blanco que marca tendencia

Por Alejandro Iglesias

Con apenas 100 hectáreas de viñedos en el país la cepa ícono de los vinos alemanes llama la atención de enólogos y consumidores por igual. Según a la experta británica Jancis Robinson, el Riesling es cepa blanca que mejor expresa el espíritu del terruño donde se la cultiva. Además de ser su favorita. Una especie de Pinot Noir pero en versión blanca. Esto la convierte en la cepa preferida de los paladares más conocedores ya que en cada región da origen a vinos diferentes y eso es sinónimo de terroir.
Pero lo curioso es que los winemakers locales le hayan echado el ojo ya que es una cepa que brinda sus mejores resultados en los climas fríos. O mejor dicho, en los extremadamente fríos. Entre sus orígenes más representativos se deben mencionar Austria, Alemania, a orillas del Rhin, y Alsacia, Francia. Allí el clima no solo suele ser frío sino también húmedo producto de la bruma que el río posa sobre los viñedos. Es justamente por esto que los enólogos utilizan cepas como el Riesling, el Pinot Noir o el Gewürztraminer, es decir variedades de ciclo corto. A falta de sol y calor estas cepas aseguran maduración mientras que otras como Cabernet Sauvignon o Malbec difícilmente completarían su ciclo vegetativo. Encima en estos viñedos el invierno suele llegar con fuertes heladas que llegan a congelar las vides lo que da lugar a la elaboración del famoso icewine o vino de hielo, una exquisitez dulce y ácida.
En aquellas latitudes los vinos son tensos, de acidez filosa y baja graduación, con aromas y sabores complejos que combinan las notas florales con matices minerales. Es por esto que son celebrados mientras que en Australia y Estados Unidos se convirtieron en tendencia mientras Canadá logra buenos resultados tanto seco como en versión icewine. Como se puede ver todos quieren elaborarlo.

A simple vista hablar de este varietal en nuestro país puede resultar disparatado si consideramos que aquí los viñedos se ubican en regiones secas y desérticas. Sin embargo, los climas fríos en la altura de la montaña parecen dar lugar para el Riesling, mientras que los viñedos oceánicos son otra gran promesa para el varietal.

Al momento en el país ya existe una docena de etiquetas que utilizan al Riesling como varietal o componente del corte. Éstas llegan desde la altura de Mendoza -Valle de Uco y Luján de Cuyo-, Río Negro, Costa Atlántica y hasta Salta. En cada uno de estos rincones los resultados sorprenden con un estilo particular pero no muy alejado de los europeos. Lógicamente, el volumen alcohólico es superior y llega a los 13 grados, dos por encima de los alemanes, pero en cuanto a la aromática es notable la tipicidad floral y de cítricos que se evidencia así como también una textura grácil y buena acidez.
Gracias a estos resultados son cada día mas los enólogo que se deciden a apostar por ella tanto para vinos secos, de postre y hasta espumosos.