Atraído por el Malbec

Charla con Alessandro Speri de El Hijo Pródigo Winery

Alejandro Iglesias

27 de diciembre de 2012

Notas:

Con una larga tradición vitivinícola en Italia Alessandro Speri es uno de los tantos europeos que decidieron probar suerte en los viñedos mendocinos. Criado en una bodega del Pedemonte italiano Speri tiene un vínculo muy fuerte con los vinos que expresa con fascinación. Según él llegó a Mendoza para compartir y transmitir su visión del arte del vino y a la vez probarse a si mismo que podía dar vida a grandes vinos fuera de sus pagos mas allá del cuestionamiento de su familia. Hoy sus vinos, son la historia del hijo pródigo que viaja para dar vida a sus sueños y volver en este caso con un buena botella de Malbec a su hogar. Estuvimos con él y así nos contó su historia.

 

Por Alejandro iglesias, sommelier (@aleiglesiaswine)

 

Alessandro, ¿cómo describirías tu vínculo con los vinos y cómo comenzó?

Es algo familiar, muy íntimo. Una relación que me da celos y a la vez me enorgullece. Soy consiente que pase lo que pase, cuando pruebe un buen vino me voy a emocionar. Me gusta encarar cada copa con seriedad, eliminar aquellos ruidos que me distraigan, me concentro y entro en un estado de contemplación para recibir todo lo que el quiera darme. No se si a todo el mundo le pasa así….
Me he criado y he vivido arriba de una bodega en Pedemonte, un pequeño pueblo en el Norte de Italia, al pie de una de las colinas de Valpolicella (zona de producción de vino tinto cerca de la ciudad de Verona). Vivíamos en la bodega con mi hermano y mis primos. La bodega era nuestra casa y lo disfrutábamos. Era el lugar que elegíamos para jugar cunado los grandes no estaban. Desde muy chico esto y relacionado íntimamente al vino.

 

¿Qué te trajo a invertir en argentina?

Un desafío. El desafío a mi propia tradición de familia. Me gusta responder a esta pregunta con la palabra tradere, que en latín significa transmitir. Desafiar lo que uno tiene y conoce (y puede entonces transmitir) en un terroir diferente de lo que ya conoce.

 

¿Qué imagen tienes del vino argentino?

Antes de llegar a vivir a Mendoza en 2002 no había mucho vino argentino dando vuelta en Italia, y de lo que había nada nos parecía interesante)… Así que la imagen que tenía era prácticamente inexistente. Una vez aquí junto a mi hermano Marco probamos los primeros Malbec. Nos gustaron por su potencia, cuerpo y su impactante entrada en boca.

 

¿Y qué te hizo decidirte por iniciar tu proyecto?

Pasé como muchos en aquellos años por los lugares de producción de “vino finos” mas importantes: Agrelo, Pedriel, Tupungato mientras algunas zonas que hoy son importantes casi no existían todavía. Me sorprendió lo rápido que se escribía la historia del vino en Mendoza. Igualmente creo que la página del vino fino en Mendoza tiene todavía mucho espacio en blanco. Es una historia que recién comienza.
Pero descubrí La Consulta y me convenció con su linda frescura y la posibilidad de lograr elegancia y un paladar completo. A través de su elegancia estos vinos pueden jugar en la misma cancha con los grandes vinos de Bordeaux (es decir del vino de guarda). Para muchos esto parecía una locura, sin embargo, me brota una sonrisa cuando pienso que hoy, con solo diez años de trabajo, ya se logran grandes vinos. Si pienso en diez años más ya no parece ninguna locura.

 

Elaboramos vinos tanto en Italia como en Argentina, ¿qué diferencias encuentras en el negocio?
Italia tiene una trayectoria más larga. Es más fácil porque la gente ya te conoce. Argentina necesita más tiempo, hay que proteger lo que se ha logrado como buena imagen: crecer y consolidar. Hay que ser constante para que el mercado te conozca y te reconozca un plus de precio. Espero que las cuestiones internas no modifiquen la buena imagen que se ha logrado en tan poco tiempo en el mercado externo.

 

¿Y en los vinos?

Por suerte cosas diferentes las dos. El vino argentino permite márgenes de error a un enólogo que el vino italiano no perdonaría.

 

¿Qué crees que le aporta el espíritu italiano a los vinos argentinos?

Un estilo diferente. Una forma de tomar el vino que al principio me costó que la gente lo entendiera. A veces uso la metáfora de la mujer. Una mujer que solo es linda y te encanta con su cuerpo con el tiempo te cansa. Nosotros queremos una mujer completa y el Malbec es esa mujer que también tiene pensamientos interesantes y encantadores. Hoy todo el mundo habla de elegancia y esto me alegra porque fue el término que elegí desde el principio de mi llegada a Mendoza. Como la palabra Clásico. Me acuerdo que en Mendoza había Varietal y Reserva. El Malbec que hicimos (el primero) con 6 meses de barricas, cuando salió, para mi era el clásico Malbec de Mendoza (con un pequeño aporte de madera y con el fruto bien presente, joven, fresco, lindísimo y rufián). Y así empecé a llamarlo. En Argentina no hay Denominación de Origen como en Italia. Tuve que inventarme este término, sobre todo de diferenciación vertical (tipo de elaboración) y no horizontal (tipo de uva). Así lo saque desde lo nuestro: el Clásico de Valpolicella…..el Clásico de Mendoza. Ahora este mismo vino lo llamamos Malbec Selección de La Consulta. Pero cuando hablamos en la oficina pasa que lo llamamos “el Clásico”. El Malbec Selección La Consulta en realidad es el vino que a mí particularmente más me gusta. Nuestro Reserva es un vino muy rico, sin embargo el Malbec Selección es el vino que resume todo lo lindo de esta tierra, en una forma sencilla y encantadora.

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