Crónica del Bonvivir Wine tour 2025

“El vino es poesía embotellada” R. L Stevenson

Que mucho se ha escrito sobre el vino, es cierto. Tampoco el culto al vino en sí es novedad: si los griegos, que de jodas sabían bastante, decretaron que Dionisio era el dios del vino y las artes (los romanos dieron en la tecla y lo renombraron Baco; mejor así), todo lo que vino después es anacrónico. Y todos los poetas, le han dedicado algún renglón también. Y no nos metemos con la religión para ser respetuosos, pero recuerden (o googleen) el primer milagro de Jesús. Listo, todo dicho. Así que vino y placer están y estarán siempre relacionados. Al menos para mí, bebedor crónico. Pero en este wine tour (regalo increíble gentileza de mi mujer, Gabriela) descubrí algunas cosas más, algunas variables distintas, como dicen los economistas. Es historia, como nos contó Karim, donde hasta San Martín se anotó un poroto y ahora sabemos por qué La Consulta es la zona top de Valle de Uco, y, fundamentalmente, por qué se llama La consulta y no de otra forma. Es geología por sus distintos tipos de suelos; es montaña o valle, altura o llano. Con madera, con barrica (che, qué increíble Huentala y esa entrada símil nave nodriza a la zona de las barricas), con concreto, con pvc (esa no la vi venir); mimado por sus enólogos hasta lo inimaginable (¿o dormir todas las noches con música de Strauss no es eso?), el vino siempre nos va a sorprender, y como Scherezade, nos va a contar mil y una historias. Esta increíble experiencia Bonvivir Wine Tour, de la mano de Teresa García Santillán, Paula Sciarreta y el inestimable aporte turístico de Hon Travel, tuvo todos los condimentos de un viaje inolvidable: almuerzos pantagruélicos, cenas a la luz de las velas, rodeados de toneles y barricas, una recorrida por los viñedos acompañados del viento Zonda, un temblor que -lamentablemente- nunca llegué a sentir, (y es otra cosa que debo agradecerle al vino); vinos jóvenes, vinos añejos, un merlot de 25 años, vinos que todavía no han salido a mercado, vinos claros, vinos turbios, de botella, de barrica, de tanque… Y el espumante, que no lo vamos a dejar afuera tampoco, en todas sus formas y variedades. Que se repita, entonces. El año que viene y todos los años. Porque el vino siempre va a tener algo para decirnos. Gracias a todos y hasta la próxima.

Pablo Miranda