La sidra: una bebida en auge

Durante décadas, la sidra ha sido una bebida reservada para momentos especiales o celebraciones de fin de año. Sin embargo, en la última década, esta bebida ha experimentado un renacimiento como una alternativa fresca y natural que se disfruta durante todo el año.

Este auge fue impulsado por un renovado interés en productos artesanales y de baja graduación alcohólica, así como por una mayor apreciación de la diversidad de estilos y sabores. En la actualidad, la sidra ha pasado de ser una bebida estacional a ocupar un lugar de privilegio en el mundo de la gastronomía y la coctelería.

Elaboración y variedades de la sidra

La sidra se produce a partir de la fermentación del jugo de manzanas, aunque también es común encontrar sidras elaboradas con otras frutas como peras y, en versiones más innovadoras, con maracuyá y hasta frutillas. Este proceso empieza con la recolección de manzanas de diversas variedades, desde las ácidas y tánicas, típicas de la sidra tradicional, hasta las dulces, que se usan en estilos más modernos y frutados.

Las manzanas se trituran y se prensan para extraer el jugo, que luego se realiza la fermentación en barriles o tanques de acero inoxidable. Dependiendo del estilo deseado. Como sucede con el vino, se pueden usar levaduras indígenas para una fermentación más natural, o levaduras seleccionadas para un mayor control sobre los sabores.

En algunos casos, se permite una maduración adicional de meses, o incluso años, para desarrollar sabores más complejos. A través de este cuidadoso proceso, los productores de sidra pueden crear perfiles de sabor únicos, que van desde los secos y tánicos hasta los dulces y frutados. Como en el mundo del vino, cada productor busca equilibrio entre acidez, dulzor y taninos, dependiendo de las características del terroir y las variedades de manzana utilizadas.

Estilos de sidra: de la tradición a la innovación

En la última década, la tendencia hacia sidras saborizadas ha ganado popularidad, incorporando frutas como frutillas, frambuesas o maracuyá, e incluso hierbas y especias como jengibre o cardamomo. Estos estilos innovadores han captado la atención del público joven y de consumidores en búsqueda de bebidas refrescantes y versátiles, que funcionan tanto como aperitivo o base para cócteles.

Cómo disfrutar de la sidra

La sidra es una bebida que se presta a distintas formas de consumo, y cada estilo puede realzar su sabor. Las sidras ligeras y frutadas se disfrutan mejor bien frías y servidas en un vaso amplio, mientras que las sidras más secas y complejas pueden beneficiarse de un reposo de unos minutos fuera de la heladera para que sus aromas se desplieguen en la copa.

A diferencia del vino, para la sidra no hay una temperatura sugerida para el consumos definitiva. En Argentina nos gusta beberla fresca, digamos a unos 12 grados mientras que en algunos países la tradición es beberla a temperatura ambiente, lo que conocemos como “natural”. En ambos casos, podemos ver que no se bebe ni muy fría pero tampoco caliente y esto ayuda a disfrutar al máximo de los aromas y del sabor. De modo que, mantenerla en la heladera es una manera de tenerla siempre lista. Pero también hoy se permite agregarle hielo y algunas rodajas de frutas.

Lo ideal es contar con una copa tulipa, tipo Champagne, para realzar las burbujas y apreciar mejor los aromas.

Además de beberse sola, la sidra marida bien con una amplia variedad de platos. Las sidras secas son excelentes compañeras de quesos madurados, carnes de cerdo y fiambres, mientras que las sidras dulces pueden complementar postres o mariscos. También se están popularizando en la coctelería, donde se usan como base de cócteles muy refrescantes.

La sidra, una bebida para todo el año

La desestacionalización de la sidra ha sido una de las claves de su crecimiento en los últimos años. Hoy en día, la sidra se disfruta en distintas ocasiones, desde reuniones al aire libre hasta cenas en restaurantes. Su bajo contenido alcohólico y sus cualidades refrescantes la han convertido en una opción versátil. Este cambio de hábito llevó a los productores a innovar en presentaciones y formatos, como las latas que facilitan su consumo en cualquier momento y lugar.