Cosecha 2024 y cambio climático

***Eventos climáticos extremos, heladas tardías, olas de calor y una caída de temperaturas, marcaron la cosecha del 2024 y los vinos que pronto beberemos. ***

Luego de conversar con bodegueros, winemakers y otras figuras del ambiente vitivinícola argentino todos coinciden en que la cosecha 2024 fue rara, básicamente porque los resultados hacen pensar que se trató de una vendimia fría cuando en realidad no lo fue. Pero a la vez, en general, destacan que se alcanzó una calidad de uva excepcional y hasta se recuperó el nivel de producción en algunas zonas.

Un año muy singular

En** Mendoza y resto de Cuyo**, principal región vitivinícola del país, las** condiciones fueron secas, con picos de calor considerables** en verano además de algunos episodios meteorológicos que han hecho que cada zona tenga sus matices. Un protagonista que afectó, incluso hasta el norte del país, fue** el viento Zonda que se sintió con fuerza durante la primavera 2023**.

La campaña 2023-2024 comenzaba luego de una vendimia 2023 mermada por los efectos de las heladas tardías de la primavera de 2022. Como consecuencia de aquellas heladas era predecible un menor rendimiento aunque un buen caudal de nevadas y una primavera fresca permitían pensar en un gran año.

Y podemos decir que así fue, solo que las cosas resultaron diferentes. El clima fresco y seco se extendió hasta mediados de Enero cuando una ola de calor que abarcó casi todo el país y comenzó a marcar el ritmo de la maduración de las uvas. Sin embargo, el exceso de calor generó un bloqueo en las vides y se comenzó a observar una maduración lenta donde se acumulaba buena cantidad de azúcar mientras que los demás componentes fenólicos avanzaban lentamente así como la baja de acidez. Justamente por esto dicen que el resultado de la maduración es de clima frío aunque todo resultó por las olas de calor.

Lo bueno de esto es que en zonas como el Este de Mendoza y Luján de Cuyo la cosecha de se dio a un ritmo lento, con una demora de hasta 15 días para algunos productores, y se pudo esperar el punto ideal de vendimia sin riesgos. En cuanto a los rendimientos, se recuperaron kilos en comparación con las últimas añadas, algo magras para varias de sus regiones. Sin embargo, el resultado final se ubicará 15% por debajo de la media histórica de la región.
Ante todo esto, se pronostican grandes resultados para los vinos blancos, de Chardonnay principalmente, mientras que los tintos ostentan gran calidad con una notable concentración como consecuencia de los bajos rendimientos.

San Juan

En el Valle de Pedernal, San Juan, la temporada 2023-2024 se destacó por** condiciones climáticas inusuales que influenciaron la madurez de la uva**. El invierno fue frio y seco, con nevadas en viñedos y muy intensamente en precordillera.

Las bajas temperaturas persistieron hasta finales de octubre, prolongando el riesgo de heladas tardías, un desafío de cada temporada. Sin embargo, **el viento zonda se sumó como un nuevo factor climático este año, impactando es los rendimientos pero no en la calidad de las uvas. **

La ola de calor en diciembre adelantó la madurez de las variedades blancas y la vendimia comenzó en febrero, un mes antes de lo habitual. No obstante, las variedades tintas mostraron un comportamiento diferente, con una maduración más lenta luego de la ola de calor.

A pesar de la singularidad del año,** los resultados en blancos y tintos fueron muy satisfactorios**, con vinos frescos, con buena acidez, concentración, textura, y elegancia, que muestran una gran tipicidad varietal, en especial los Malbec.

Todo promete vinos memorables.

Regiones del Norte

**En los valles Calchaquíes el frío invernal de 2023 se hizo esperar, dando paso a una primavera adelantada que hizo que las plantas despertaran antes de lo esperado. **

En general, el clima fue bastante cambiante, con días que alternaban entre las cálidas ráfagas del viento Zonda y ráfagas frías, lo que afectó la floración a finales de noviembre y principios de diciembre.

Afortunadamente, no hubo heladas tardías en primavera, pero** el intenso calor y el viento zonda en noviembre afectaron la floración, reduciendo la polinización y la fertilidad de los racimos.** Estos sucesos decretaron una merma de aproximadamente el 30% de la uva en todo el valle.

Encima, desde finales de febrero hasta Navidad no hubo lluvias, lo que adelantó la brotación de las plantas. Luego, las lluvias llegaron después del 15 de febrero causando algo de estrés hídrico. Aunque llovió lo normal, su llegada tardía no fue ideal para el rendimiento de las uvas.

La combinación de todos estos fenómenos aceleró la maduración de las uvas, adelantando la vendimia casi un mes antes de lo habitual.

Luego, enero fue bastante seco, lo cual fue positivo para las uvas blancas, ya que les permitió madurar más rápido y mantenerse saludables.

**En febrero y marzo, las lluvias refrescaron el ambiente, contribuyendo a una maduración más balanceada para las uvas tintas. **Esto se tradujo en un buen equilibrio entre azúcar y acidez, prometiendo vinos de excelente calidad con un aroma fantástico. A pesar de algunos desafíos climáticos durante la floración, la cosecha del 2024 se perfila como un año cálido, con tintos que prometen fruta negra, volumen y taninos suaves, equilibrados por una buena acidez. Los blancos, cosechados en el momento óptimo, ofrecerán una combinación de madurez y frescura en sus aromas.

Patagonia

En las regiones vitivinícolas de Río Negro el invierno fue lluvioso, con nieve, y la primavera-verano estuvo marcada por fuertes vientos. Enero fue abrasador, con temperaturas sostenidas alrededor de los 40 grados durante todo el mes, algo poco usual. Sin embargo, la cosecha se desarrolló sin contratiempos.

El calor de enero detuvo momentáneamente la maduración de la vid, lo que resultó en uvas con niveles de alcohol bajos pero con polifenoles maduros, una combinación perfecta para una excelente añada. Este clima más favorable permitió esperar a la maduración óptima.

La diferencia entre las últimas cosechas y esta fue notable. Este año fue más tradicional, con una vendimia más tardía, lo que contrasta con las cosechas casi tres semanas más tempranas de años anteriores.

Los vinos de 2024, especialmente los Pinot Noir, enfrentaron desafíos para madurar completamente, pero su elegancia es sorprendente. El Malbec y el Cabernet parecen haber alcanzado la perfección. Por todo esto, muchos productores aseguran haber logrado resultados excepcionales.

En Neuquén también destacan un muy buen invierno, en relación a las precipitaciones y la temperatura. Fue un año frío con dos nevadas en San Patricio del Chañar. Gracias a esto, la reserva hídrica en todo el país aumentó de manera generosa, lo cual aseguró buen caudal de agua para el riego.

En septiembre hubo una lluvia generosa y luego la temporada continuó seca mientras que noviembre fue muy ventoso y esto afectó el cuaje de manera completa. Por esto último, los rendimientos fueron bajos, pero con mayor concentración de polifenoles.

El verano fue fresco hasta febrero donde hubo una ola de calor de unas 3 semanas que hizo que la madurez fuera lenta, luego hubo un acelere y luego volvió a frenar. Esto es algo atípico ya que suelen ser más cálidos los meses de diciembre y enero, a diferencia de lo que paso este año. En marzo la temperatura fue moderada, muy buena para el desarrollo de la vid.

En resumen, fue un gran año también para Neuquén. Al resultar seca y fresca, la temporada fue muy beneficiosa para la sanidad de los viñedos y la calidad de las uvas. Los primeros vinos ya se notan muy concentrados en aromas, color y sabor. Alcoholes muy moderados y bajos gracias a las temperaturas frescas.

Se destacan en los blancos, principalmente Semillón y Chardonnay, mientras que en tintos el Pinot Noir, el Malbec y el Syrah brillaron este año.