A pesar que el 2023 parece interminable, finalmente llegó diciembre y como es costumbre, contra viento y marea, el whatsapp se llena de invitaciones para brindar para que el 2024 sea un gran año. Así que a prestar atención qué botellas debemos preparar y cómo para que los descorches sean todo un éxito.

Un mundo de burbujas

Hasta no hace mucho, en Argentina a la hora de pensar en espumosos todo se reducía a Extra Brut o Demi Sec, algo que cambió muchísimo en los últimos años. Hoy la categoría de espumosos dulces es una de las más consumidas ya que propone vinos ideales para acompañar postres y bocados dulces, pero también para preparar cocteles y esto acerca a mucha más gente a las burbujas. También están los Nature, que se trata de la versión más seca y sofisticada del mercado para aprovechar como aperitivo o copa de bienvenida mientras llega la gente al brindis. Lógicamente, Extra Brut es el punto intermedio para nuestros paladares entre la dulzura o los vinos secos, un verdadero comodín que gusta a todas y todos. Por lo tanto, si te toca organizar algún encuentro o reunión asegúrate al menos dos estilos entre secos y dulces para que nadie se quede sin brindar.

Guardarlos y prepararlos

Los espumosos son vinos, elaborados mediante un método especial, pero vinos al fin, de modo que se guardan como todos. Lo recomendable es tenerlos a una temperatura entre 13 y 15 grados, a oscuras, en un espacio libre de aromas y ordenado. Quizás una diferencia con los vinos tranquilos es que podemos guardarlo de manera vertical sin problemas, aunque es importante que nos se agiten antes de la apertura para evitar accidentes con el tapón. El día que vamos a consumirlos podemos llevarlos a una heladera, evitemos siempre el freezer, o tenerlos en un balde o frapera con agua fría y hielo. Incluso durante el tiempo que dure la botella hay que tenerla en frío. No olvidemos que la temperatura ideal para los espumosos es entre 6 y 9 grados, es decir, fríos.

Cómo abrirlos

A la hora de descorchar un espumoso las cosas se pueden complicar. A menudo el tapón está duro o bien al estar mojada la botella se nos puede resbalar. Por esto mismo, al preparar la frapera es importante tener servilletas para secarla al momento que la vamos a abrir. Entonces, secamos la botella, liberamos el bozal de metal, afirmamos la mano en corcho y con movimientos mínimos lo aflojamos hasta que sentimos que la presión del vino empieza a empujarlo. Si hacemos bien las cosas, notaremos que se descorcha solo. Será importante contener el tapón para que no salga despedido ya que podría lastimar a alguien.

Qué copas

Sin dudas, las copas para vinos espumosos son las que más han cambiado con los años. Sin embargo, hoy podemos utilizar las que nos resulten más cómodas y en este sentido las más evitadas son las copas bajas y anchas, muy populares hasta la década de 1990. Ahora bien, ya sean copas flauta, tulipa o copón, todas están habilitadas para disfrutar de las burbujas. Los expertos aseguran que los espumosos, como todos los vinos conviene beberlos en “copas de vino”, es decir, en todas.

Con qué acompañarlos

Los vinos espumosos son muy versátiles y si bien la costumbre es beberlos como aperitivo, es decir, antes de sentarnos a comer, o al cierre de la mesa, hay un mundo de opciones de acuerdo al tipo de vino que tengamos en la copa. Si vamos a beber algún nature o extra brut, podemos tener en mente bocados pequeños, appetizers, con pescados sutiles como trucha o salmón, con cremas semi acidas y pueden estar montados en panes crocantes. También el ceviche es buena opción. Los bocados grasos se llevan bien con estos vinos por la acidez que despliegan en paladar y unas mollejitas crocantes son una rica opción. También dips con palta, tipo huacamole, o hummus. Quizás conviene evitar los quesos ya que su textura no se luce con las burbujas y viceversa. Pero también podemos pensar en estos vinos a la hora de sentarnos a comer ya que hay estilos intensos y con cuerpo que bien pueden acompañar carnes rojas y blancas y hasta aves. Aquí habrá que prestar atención a los espumosos con más tiempo de contacto con las levaduras de modo que ofrezcan estructura como es el caso de los elaborados por método tradicional.