Cuestión de altitud

Altura, eso es lo que define el carácter y sabor de los vinos argentinos. Y esto no es caprichoso, sino que gracias a la altitud de los viñedos los tintos argentinos logran su expresión y personalidad y por esto que los winemakers desafían a la montaña en busca de regiones cada vez más elevadas donde lograr frescura, complejidad y potencial

Justamente, en los vinos ícono de las bodegas es donde nos encontramos con los exponentes más extremos en los que los winemakers apuestan fuerte con sus interpretaciones de los diferentes terroirs. Para nuestra Selección INSIGNIA de agosto buscamos tres top wines donde la altura de los viñedos es un factor determinante en el resultado final.

Renacer Malbec 2019 es un vino elaborado por Fernando Soto, enólogo de Bodega Renacer, quien reúne en un cuvée deluxe uvas de Paraje Altamira, Gualtallary, El Cepillo y Perdriel donde selecciona las mejores uvas del año. Luego fermenta los frutos de cada viñedo por separado con levaduras nativas del terroir y posteriormente se realiza una crianza de 24 meses en barricas de roble francés y finalmente se procede al corte final que conservan en acero inoxidable por seis meses para lograr una integración delicada de los vinos. Es un malbec intenso con gran potencial de guarda que se muestra rojo violáceo con aromática compleja y profunda donde se aprecian en primer lugar los frutos maduros como ciruelas, cerezas, moras y arándanos, frutos ácidos, hierbas secas y flores que se enlazan con las notas tostadas de un roble integrado que juega en primer plano. Su ataque es opulento y sabroso con buen jugo y frescura, fluye denso con peso y textura aterciopelada. En centro de boca se aprecia buena calidad frutal con taninos redondos. El final es largo con cuerdo frutal y ahumado.

Creado por Felipe Stahlschmidt, Mosquita Muerta Black Cabernet Sauvignon 2021 nace a partir de uvas de altura que cosechan en el Valle de Uco a 1400 metros de altura. Su fermentación se realiza en vasijas de concreto con levaduras indígenas que son una garantía para conservar la identidad del origen. Luego el 70% del vino es criado en barricas de roble de diferentes usos durante 20 meses hasta lograr un Cabernet de estilo moderno y elegante cuyo color es rojo rubí brillante y concentrado. En nariz es complejo con buen aporte de la crianza en roble que contrasta con los tonos de frutos negros, los pimientos maduros y pimienta recién molida, clavo y canela. En boca es amplio y sabroso con centro de paladar intenso de buen cuerpo y estructura. Los taninos son finos y firmes capaces de sostener su carácter por años en botella. El final largo y elegante.

Cielo Arriba 2019 es un vino exótico proveniente de la Quebrada de Humahuaca. El viñedo, desarrollado por Alejandro Sejanovich está emplazado a 2750 metros de altura sobre los suelos de la base arenosa del río Huichara donde los aluviones aportaron piedras y arcilla de los cerros. Co fermentación de Malbec, Syrah y Cabernet Franc, es criado 12 meses en barricones de 500 litros usados y resulta un tinto muy expresivo de color violáceo oscuro, brillante y profundo. Su aromática esta definida por los frutos rojos, frescos y maduros, entre los que se destacan las cerezas y arándanos. Hay una buena cuota herbal con dejos terrosos y especias. En boca es intenso y se destaca una frescura marcada. Es fluido con estructura media y centro de paladar jugoso donde se aprecian los taninos macados que definen vigor y carácter.