Modernizando el malbec

El origen es, para muchos, el atributo más importante de un vino. Básicamente por que su carácter siempre depender del lugar donde es elaborado, es decir, el famoso efecto terroir. Ahora bien, en este sentido hablamos de los efectos del clima, suelos y cepas a partir de las interpretaciones de quienes lo elaboran y por esto último cada zona tiene un estilo. Ese “saber hacer” dio vida a muchos estilos en diferentes rincones del país y muchos de estos hoy están en pleno proceso de transformación.

Justamente, en Abril, mes del Malbec, nuestra selección Alta Gama cuenta con dos vinos que nos permiten dar cuenta cómo el Malbec se ha modernizado en los últimos años.

Por ejemplo, en los Valles Calchaquíes, donde por años se elaboraron vinos potentes con un perfil definido por la aridez de la región hoy es posible disfrutar de tintos como Estancia Los Cardones Tigerstone Malbec 2019, una creación de Alejandro Sejanovich a partir de un singular viñedo de Tolombón. Aquí, donde los suelos cuentan con curiosas piedras con incrustaciones de cuarzo que le dan origen al nombre de este vino el malbec da cuenta de un estilo propio, muy fragante y amigable. Criado solo nueve meses en roble, es rojo rubí intenso con reflejos morados. Aromáticamente es complejo y propone una interesante combinación de frutos rojos como cerezas, ciruelas, casis y frambuesas con tonos especiados y ahumado sutil de un roble bien integrado. En boca es amplio pero fluido con frescura agradable y centro de paladar jugoso y de cuerpo medio. Los taninos son firmes de textura amable y el final fragante.

Y esta modernización, también se puede apreciar en Mendoza y particularmente en regiones clásicas como Agrelo (Luján de Cuyo). Un rico ejemplo de esto es Penedo Borges Prisma Malbec 2020, un vino elaborado por Juan Manuel González que luego de una crianza de 12 meses en barricas de roble de primer, segundo y tercer resulta vibrante y expresivo, lleno de energía. Es violáceo intenso y brillante, aromáticamente intenso con buen caudal de frutos rojos y negros entre frescos y maduros con buen aporte del roble que suma especias y tonos tostados. En boca es carnoso, intenso y sabroso. Fluye envolvente, con buen cuerpo y jugo. Los taninos están redondos y son de textura fina. El final es largo y frutal.