Algunos varietales están condenados a brindarnos vinos complejos y elegantes. Incluso algunos winemakers aseguran que es más fácil hacer un buen vino con sus uvas que uno malo. Esto sucede, por ejemplo, con el Cabernet Sauvignon y el Tempranillo. Y no solo en Francia y España, en Argentina ambas cepas siempre prometieron buenos descorches.
Nuestra Selección Alta Gama de enero apuesta en primer lugar por el Tempranillo, varietal que hace unos veinte años supo estar en la cresta de la ola en nuestro país para luego perderse en la góndola. Hoy son pocas las bodegas que lo producen y solo lo hacen aquellas que logran un vinos excepcional como sucede con Gran Mascota Tempranillo 2016, obra del talentoso Opi Sadler. Este vino nace a partir de una antiguas cepas de Maipú, región propicia para el varietal por su clima cálido y suelos profundos. Es madurado doce meses en roble y así obtienen un tinto donde la crianza recuerdan a las especias dulces y ahumados junto a matiz frutal con tonos balsámicos y terrosos. En boca es
carnoso con buen cuerpo y final jugoso.
Desde Cafayate, Salta, Alejandro Pepa, enólogo de El Esteco, suma su Finca Notables Cabernet Sauvignon 2015, un cabernet típico de altura pero con una complejidad para destacar que según su hacedor proviene de la longevidad del viñedo plantado en 1960. Tras quince meses de crianza en cubas de roble, este cabernet de altura es herbal y frutado con trazos de especias y vegetales. Tostado leve del roble que sirve de contrapunto a la fruta. En boca es brioso, con buen sabor y estructura.
POR MES
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$46200
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