Copas imperdibles 

Argentina ya no es solo tierra de grandes tintos. En los viñedos de altura, un nuevo capítulo se escribe en blanco: vinos sofisticados, frescos y vibrantes que seducen con su elegancia. Gracias a cosechas tempranas y una acidez impecable, estos blancos no solo brillan en juventud, sino que también prometen una evolución asombrosa en el tiempo. Con un crecimiento en calidad y estilo, el país se consolida como un referente en la categoría, desafiando prejuicios y ampliando el horizonte de los paladares más exigentes. Si no lo crees, solo tendrías que descorchar los dos vinos de la Selección BLANCA de BONVIVIR de mayo.

Susana Balbo White Blend 2024 es una original obra de la vitivinicultura argentina que combina Torrontés, Sauvignon Blanc y Semillón del Valle de Uco. Resulta elegante, de color amarillo pálido con reflejos verdosos y sorprendentemente expresivo con aromas de fruta blancas, cítricos, uvas frescas, dejo floral y de tilo. En boca es lineal, refrescante y etéreo con acidez firme y regusto frutal.

Zuccardi Q Chardonnay 2023 es uno de los vinos que marcó el camino de los vinos blancos argentinos durante la última década. Nace en el Valle de Uco a partir de dos viñedos elevados de clima frio, uno en Gualtallary y el otro en San Pablo. Fermenta 50% en barricas y el resto en concreto para lograr un perfil elegante de perfecta tipicidad varietal. Es amarillo brillante con reflejos acerados y lleno de notas cítricas, de fruta blanca, miel, especias y flores. Hay detalles herbales y sutil especiado de fondo. En paladar es amplio, caudaloso y franco. Se resaltan las notas cítricas y herbales junto a una frescura vibrante que aporta energía.