Energía de montaña

Los terruños de altura que encontramos en los diferentes valles de los Andes brindan posibilidades infinitas a los winemakers de lograr vinos muy especiales, únicos. Resulta que la altitud unida a las características de los suelos se convierte en una ecuación irrepetible que podemos encontrar en los vinos que más destacan la esencia del origen. Por ejemplo, los vinos de la Selección Alta Gama BONVIVIR de octubre es un buen ejemplo de esto con dos vinos de montaña que sintetizan el potencial de los terroir de altura desde dos regiones muy diferentes, el Valle de Calingasta en San Juan y el Valle de Uco en Mendoza.

Los Dragones Tinto de Corte 2022 es un vino original y sabroso creado de Andrés Biscaisaque, un porteño enamorado de las montañas sanjuaninas, quién rescató un viñedo del Valle de Calingasta con cepas nativas y muy antiguas. En el caso del Tinto de Corte, combina 50% Malbec 45% Bonarda Y 5% Torrontés Sanjuanino que fermenta en huevo de hormigón y barricas de roble francés de 225 litros. Así obtiene un vino rojo violáceo con tonos rubí con nariz expresiva, notas de frutos rojos maduros y confitura de berries junto a dejos balsámicos. Fluye ligero y envolvente con buena potencia en centro de paladar. Taninos firmes sostienen marcan un final largo y frutado.

En cuanto a Zaha Corte Singular 2022, es un corte jugoso y vibrante que elaboramos junto al equipo de Mil Suelos a partir de una selección de vinos del Valle de Uco. EL resultado es 35% Malbec de Gualtallary, 35% Malbec de Altamira y 30% Cabernet Franc Altamira que criamos durante 12 meses en barricas de roble francés usadas. El resultado es un vino rojo violáceo con reflejos morados brillantes que aromáticamente despliega una interesante complejidad con buen caudal de frutos rojos frescos que se mezclan con las hierbas de montaña, las violetas y especias. Hay matices minerales. En boca es caudaloso con centro de paladar tenso y jugoso. Taninos firmes de textura fina, final enérgico y fragante.