Semana Santa a puro vino

Por Alejandro Iglesias, sommelier (@AleIglesiasWine)

El turismo vitivinícola es de lo más buscado para los fines de semana largos y feriados, lo que marca una tendencia junto al auge por los destinos gourmet. Como sabemos que muchos de nuestros socios están programando visitar viñedos y bodegas durante la próxima Semana Santa armamos cinco recorridos ideales para quienes ya visitaron Mendoza pero tienen ganas de conocer más de nuestra vitivinicultura.

Salta y sus viñedos de altura

La provincia del norte siempre es un destino ideal para feriados o escapadas ya que su ruta del vinopuede recorrerse en tres o cuatro días.
Aquí el punto de partida es siempre la capital provincial, una ciudad fantástica que ofrece mucha historia y una gastronomía exquisita.
Monumentos históricos, fachadas coloniales, catedrales imponentes y mucha naturaleza es el combo que todo visitante puede disfrutar.
Entre los imperdibles de la capital salteña están el Museo Arqueológico de Alta Montaña, el Mercado de Artesanos y el Cerro San Bernardo, atractivos que pueden visitarse en una jornada para aprovechar la mañana del segundo día y salir rumbo a Cafayate, la tierra del Torrontés.
El camino que une la ciudad con los Valles Calchaquíes demanda unas tres horas de manejo, un recorrido muy ameno gracias a los espectaculares paisajes que ofrece la provincia. Por esta vía la entrada a Cafayate es la Quebrada de la Conchas, una secuencia de formaciones rocosas de matices terracota que no se pueden pasar por alto.
Una vez en Cafayate lo ideal es alojarse en algunos de sus hoteles (hay para todos los gustos y presupuestos) y comenzar a visitar las bodegas.
Los establecimientos vitivinícolas se encuentran relativamente cerca unos de otros. Están los céntricos y los de los alrededores de la ciudad.
Nuestros recomendado son Amalaya, El Esteco, Yacochuya, El Porvenir y Finca Las Nubes.
Si se cuenta con algún día extra por la Quebrada de la Flechas se puede llegar tras unas dos horas de manejo a Molinos para conocer Bodega Colomé y luego emprender el regreso a Salta por el camino de Cachi y la famosa Cuesta del Obispo.

Tucumán, un nuevo destino del vino

El Jardín de la República tiene su propia historia vitivinícola y desde hace dos años han decidido comenzar una nueva etapa. Con apenas una decena de bodegas y maravillosos atractivos naturales e históricos pasar Semana Santa allí sin dudas es un gran plan.
Al igual que en Salta el punto de partida es la capital provincial, llena de historia y atractivos entre los que sobresale la Casa Histórica.
El polo vitivinícola tucumano se encuentra en pleno Valle Calchaquí, mas precisamente en Colalao del Valle. Para arribar a este paraje desde la ciudad se debe hacer el camino vía Tafí del Valle, uno de los paisajes mas maravillosos del país donde la estancia jesuítica Las Carrera con su tambo son uno de los imperdibles en este camino de artesanos.
Colalao del Valle es una región pequeña donde las bodegas ideales para visitar son Siete Vacas que sorprende con unas construcción de inspiración morisca y Posse, la más moderna de la zona.
También se pueden visitar algunos productores artesanales y Chicho Zossi, el más antiguo en la región.
Pero además en esta área del interior tucumano se encuentran Amaicha del Valle y las Ruinas de Quilmes, dos centros arqueológicos que albergan mucha historia para conocer los orígenes de los Valles Calchaquíes y su cultura.

Patagonia, los vinos el viento

A pesar de la inmensidad patagónica conocer los viñedos y bodegas de Neuquén y Río Negro es una plan que puede cumplirse en Semana Santa. Si bien hablamos de dos provincias distintas son solo unos 100 kilómetros los que separan a estas dos regiones vitivinícolas.
Lo ideal es arribar a la capital neuquina y hospedarse allí ya que se encuentra a mitad de camino de ambas zonas.
El polo vitivinícola de Neuquén es San patricio del Chañar donde se encuentran bodegas como NQN, Secreto Patagónico, Familia Schroeder y Bodega del Fin del Mundo, todas abiertos al turismo y con interesantes propuestas gastronómicas para disfrutar.
En esta provincia un atractivo imperdible y cercano a los caminos del vino es Villa el Chocón con suturismo jurásico y la postal imperdible del embalse Ezequiel Ramos Mexía.
Ya en Río Negro los viñedos y bodegas se agrupan en el Alto Valle donde Humberto Canale dio vida a la historia vitivinícola de la Patagonia hace algo más de un siglo. Hoy además de esta bodega de larga tradición la provincia ofrece nuevos emprendimientos como Agrestis y Bodega Aniello, lugares ideales para el visitante.
En cercanías a estos establecimientos un alto obligadoes el Zoológico Bubalco, un espacio donde los animales están libres en interacción con el visitante. Una experiencia única en el país e ideal para la familia.

San Juan, vinos del sol

En esta provincia cuyana la industria vitivinícola tiene tanto importancia como tradición. Aquí se encuentran bodegas históricas como Graffigna con su museo dedicado a su fundado y algunas que en los últimos años aggiornaron la imagende la provincia como Xumek, Callia y Finca Las Moras.
Otro atractivo fascinante para los enófilos son las Cavas del Zonda, la única bodega del continente ubicada dentro de la montaña gracias a una obra faraónica iniciada hace casi un siglo a puro pico y cincel.
Junto al recorrido de las bodegas los turistas que llegan a suelo sanjuanino aprovechan para descubrir Ischigualacto, conocido como Valle de la Luna donde el viento y los años tallaron formas curiosas en las piedras y el paisaje.

Chapadmalal, los vinos del mar

Para muchos la escapada clásica durante Semana Santa es pasar unos días en el mar, un destino que hoy también cuenta con sus vinos.
Si bien es una tendencia aun pequeña vale destacar que crece a paso firme y para estas Pascuas la bodega pionera de Chapadmalal tiene previsto abrir sus puertas al turismo. Hablamos de la bodega de Familia Estrada Wines cuyas 10 hectáreas de viñedo prometen convertirse en un atractivo turístico en muy poco tiempo.