Las otras uvas
Cabernet Franc y Petit Verdot son dos cepas no tan conocidas pero por suerte revalorizadas hoy en día.
Por Verónica Gurisatti
Que la Argentina no es sólo Malbec ya todos lo sabemos y hoy las cepas no tradicionales se imponen entre los consumidores cada vez más conocedores. En nuestro país conviven una multitud de variedades de orígenes muy diversos (francesas, italianas, españolas, etc.) y tal patrimonio vitícola es muy poco frecuente en el resto del mundo. Por eso, al contar con tantos y tan variados cepajes los enólogos tienen la posibilidad de elaborar vinos de perfiles bien distintos.
Cada día más bodegas trabajan con uvas no tradicionales, no en masa sino moderadamente como una alternativa a lo conservador. Se sabe que hoy la tendencia es hacia la diversidad y otras variedades con gran potencial consolidan su crecimiento como el Petit Verdot y el Cabernet Franc que producen vinos modernos que agradan desde el primer momento. No podemos negar que son vinos difíciles, ya que están llenos de sutilezas y deben apreciarse por sus matices.
Se trata de dos variedades de gran personalidad que forman parte de los tintos más famosos del mundo, hasta hace muy poco era imposible encontrarlos puros, aunque sí en algunos cortes tintos aportando intensidad de color, riqueza aromática y taninos. En nuestro país algunas bodegas empezaron a producirlos como varietales y ya están dando sus primeros grandes vinos. Lo cierto es que entregan vinos con carácter y buena terminación pero sobre todo diferentes.
Cabernet Franc
El Cabernet Franc forma parte de los grandes tintos de Burdeos y en la zona del Libournais es, después del Merlot, la cepa básica. Necesita climas frescos y suelos más húmedos que el Cabernet Sauvignon, es más vigoroso, madura antes y tiene menos taninos y concentración. Siempre se creyó que su capacidad de envejecimiento era relativamente corta, pero para muchos expertos como Robert Parker o Jancis Robinson, envejece incluso después que el Cabernet Sauvignon.
En Argentina hay muy pocas hectáreas plantadas con este varietal pero cada día más bodegas confían en su potencial, ya que llega a niveles de madurez que no logra en otras partes del mundo y produce vinos más ligeros, de taninos más suaves y excelente color. En general, tiene un carácter vegetal y herbáceo más pronunciado que el Cabernet Sauvignon pero cuando alcanza su máxima expresión adquiere un inconfundible aroma a frambuesas y un fresco a dejo a cassis.
Petit Verdot
La uva Petit Verdot se cultiva en Burdeos sólo en pequeñas cantidades, pero en California, Chile y Australia es muy apreciada para suavizar el poder del Cabernet Sauvignon y para elaborar un vino con carácter propio. Como su maduración es tardía (después del Cabernet) en Burdeos perdió un poco la estima, pero se la encuentra especialmente en Margaux, donde el suelo produce vinos ligeros que necesitan de los taninos y el color suplementario de la Petit Verdot.
Amante del clima cálido, madura muy bien y expresa todo su potencial en Mendoza. En muchos aspectos se parece al Malbec: el color oscuro, la elevada dosis de antocianos y una nariz muy compleja donde se combinan los frutos rojos con notas especiadas y vegetales. Posee un maravilloso perfume pero supuestamente le falta elegancia. En zonas cálidas y con riego, puede dar incluso mejores resultados que el Cabernet Sauvignon con una mayor acidez y aromas más frescos.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
ver todos