¿Existe el mejor Sommelier?

La sommellerie ha ganado un protagonismo inédito en las últimas décadas. Si bien sus orígenes se remontan a la Edad Media, cuando especialistas gestionaban las bodegas de reyes y emperadores, el auge del vino en el siglo XXI y la influencia de las redes sociales han impulsado su popularidad. Hoy, los sommeliers no solo asesoran en la selección de vinos, sino que también cumplen un rol clave en la educación y difusión de la cultura vinícola.

Para convertirse en sommelier existen diversas rutas de formación. Desde escuelas especializadas hasta prestigiosas certificaciones como las otorgadas por la Court of Master Sommeliers, el Wine & Spirit Education Trust (WSET) y el diploma de la Association de la Sommellerie Internationale (ASI), cada una ofrece herramientas esenciales para la excelencia en esta profesión.

El camino a la excelencia

La ASI es la entidad que regula las competencias internacionales de sommeliers a través de sus asociaciones nacionales, como la Asociación Argentina de Sommeliers. Cada país organiza su propio certamen para seleccionar a su representante, quien luego compite en torneos continentales hasta llegar al campeonato mundial, donde se consagra al mejor sommelier del planeta.

Para alcanzar este nivel, un sommelier debe dominar un vasto conocimiento sobre vinos y bebidas, gastronomía, maridajes, protocolo y servicio. Además, la fluidez en varios idiomas y una amplia cultura general son cruciales para comunicar eficazmente en distintos escenarios. Pero, más allá de la formación académica, la preparación para competir en estos torneos requiere una dedicación extrema, donde el estudio y la práctica constante son esenciales.

El desafío de ser el mejor

Participar en competencias demanda incontables horas de estudio, prácticas de cata y servicio, además de viajes a regiones vitivinícolas y pasantías con expertos. Como lo expresa el canadiense Joris Gutierrez, flamante Mejor Sommelier de América: “Este título es el broche de oro a 12 años de estudio y esfuerzo”. Con solo 32 años, ha invertido más de un un tercio de su vida en perfeccionar su arte, primero conquistando el título de mejor sommelier de Quebec, luego de Canadá y, finalmente, del continente. Su próximo objetivo es el Mundial ASI en Portugal 2026.

Para obtener la corona de América, Gutierrez viajó a Sonoma, California, donde compitió con otros 13 representantes de Argentina, Brazil, Chile, Colombia, Mexico, Ecuador, Panama, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Estados Unidos y Venezuela.

La competencia comenzó con un riguroso examen teórico, seguido de catas a ciegas y pruebas de servicio con Champagne. Luego, en semifinales, los seis mejores debieron resolver desafíos como diseñar un menú maridaje de seis pasos, seleccionar vinos de guarda y realizar un servicio impecable de tintos, blancos y hasta un té frío, todo ante un jurado compuesto por reconocidas figuras como Raimonds Tomsons, Serge Dubs, Paz Levinson y Veronique Rivest.

Luego, en otro cuarto llegaron las pruebas de cata, esta vez ante Olivier Poussier y Andreas Larson junto a la Master of Wine Heidim Kinen para quienes cataron a ciegas una selección de Pinot Noir que debían asignar origen mientras que luego debían catar una selección de vinos especiales con una minuciosa descripción.

La Gran Final

Para consagrarse, Gutierrez se enfrentó a Nicolás Reines (Colombia) y Mark Guillaudeu (EE.UU.), en una serie de pruebas de servicio y degustación ante un público exigente. Desde preparar un Bellini hasta servir un Pinot Noir de 1969 o identificar diez bebidas por su materia prima, cada detalle contaba. En este nivel de competencia, la precisión, la rapidez y el control de los nervios son tan cruciales como el conocimiento. Finalmente, Joris Gutierrez se alzó con el título de Mejor Sommelier de América 2025, seguido por Mark Guillaudeu en segundo lugar y Nicolás Reines en el tercer puesto.

Presenciar este desafío fue una experiencia inspiradora que reafirma el nivel de excelencia que alcanza la sommellerie en el mundo y motiva a los profesionales a seguir perfeccionándose.