Vinos novedosos y curiosos

<!DOCTYPE html><html><head></head><body><p>El mundo ya no se divide en productores y consumidores, hoy todos quieren ser winemakers.</p></body></html>

Alejandro Iglesias

14 de julio de 2014

Notas:

 

Por Alejandro Iglesias, sommelier (@AleIglesiasWine)

A pesar que las fronteras del vino en la teoría siempre estuvieron trazadas entre los 30° y 50° de latitud sur y norte, los cambios climáticos, la ciencia y la tecnología hoy brindan las posibilidades de producir vinos en los rincones menos pensados.

Es de este modo que nuevos países se suman al mapa vitícola mientras que otros recuperan su tradición vínica. Es así que países de Europa, Asia y América donde aún suena curioso hablar de vinos ya ofrecen etiquetas propias que en algunos casos hasta se exportan y compiten con vinos históricos.

Aquí compartimos cinco sorprendentes orígenes para el vino.

México. La historia del vino en este país es de larga data ya que desde la época de la conquista se cultivan vides en su suelo. Pero fue en el siglo XVIII que las cosas se pusieron serias con la llegada de los misioneros al Valle de Guadalupe, en Baja California. Esta orden religiosa comenzaría con el cultivo de la vid para elaborar sus vinos de misa que pronto se beberían por doquier, incluso fue aquel el punto de partida de los misioneros que fundarían la vitivinicultura californiana en Estados Unidos. Pero lo cierto es que la industria vínica mexicana nunca terminó de consolidarse y con el tiempo fueron muy pocos los proyectos que quedaron activos por no tratarse de un país adepto al vino pero si a sus tequilas, mezcales y cervezas. Pero hoy se puede hablar de un revival del vino mexicano y son cada día más lo productores que desde Guadalupe a Aguas Calientes elaboran vinos que lentamente se suman a la escena internacional. Allí las cepas que mejor resultado han dado son Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Merlot, Nebbiolo, Syrah y Tempranillo en tintas mientras que entre las blancas cuentan con Chardonnay y Sauvignon Blanc.

India.Si bien hay quienes dicen que el vino fue introducido a la India por los persas hace unos seis mil años fueron los portugueses los que motorizaron la elaboración en la región a partir del siglo XVII. Pero en el siglo XX y tras declararse la independencia comenzó a regir una especie de ley seca en el país. Sin embargo hace unas dos décadas y a partir de la contratación de consultores franceses comenzó a escribirse una nueva página en la historia del vino hindú. La regiones más importantes están ubicadas en el centro de la geografía india en cercanías de Maharashtra y Bangalore donde albergan ya unas cuarenta bodegas. El área de mayor renombre es Nashik donde se cultiva Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Viognier y Sauvignon Blanc con buenos resultados. Un especie de prócer para la industria vínica hindú es ni mas ni menos que Michel Rolland.

Perú.Al igual que en todos los países latinoamericanos sus vides y las técnicas vitícolas llegaron con los conquistadores europeos. Pero fue en Perúdonde se elaboró la primera vinificación de Sudamérica, incluso su industria vitivinícola llegó a ser una actividad prolífera al punto que fueron los principales proveedores de vinos para el sur del continente hasta fines del siglo XVI cuando a partir de un fuerte terremoto se perdieron sus viñas más importantes ubicadas en Ica. Luego de aquel desastre natural la industria nolograró refundarse y lentamente los frutos de los viñedos tendrían como destino el alambique para la elaboración de Pisco, bebida nacional del Perú. Sin embargo desde hace unos años hay una búsqueda importante de los productores de uva por elaborar vinos de calidad. Y si nos detenemos a pensar esta búsqueda no es para nada disparatada si tenemos en cuenta que Perú cuenta con características geográficas similares a las del norte de Chile. Su terruño básicamente se define por la altura de sus viñas y el clima desértico.

Reino Unido. Sin dudas los británicos siempre fueron de los principales consumidores de vinos del planeta. Su amor por esta bebida generó diversos sucesos históricos pero más allá de sus gustos y preferencias hubo algo que les costó mucho lograr: sus propios vinos. Así es, si consideramos que el combo indispensable para una vitivinicultura de calidad exige un clima seco o al menos poco húmedo sabemos que los británicos llevan las de perder. Sin embargo desde hace unos años las cosas parecer haber cambiado al sudeste del Reino Unido donde el cultivo de la vid ha comenzado a dar buenos frutos. Al parecer el calentamiento global y los suelos calizos de la región han sido la clave así como haber seleccionado cepas de ciclo corto con la que principalmente producen espumosos. Como dato a tener en cuenta varios de sus espumosos ya son comparados con buenos champagne.

Japón. Si bien los jesuitas iniciaron el cultivo de la vid en el siglo XVI los cierto es que la elaboración de vino japonés derivó en un producto de perfil y consumo localista. Básicamente se trataba de vinos dulces elaborados con cepas nativas. Sabemos que la cultura japonesa dista mucho de los gustos y sabores occidentales pero siempre tuvo respeto por sus bebidas. Sino observemos el caso del whisky, en algún momento se decidieron a elaborarlo y lo hicieron con éxito. Por lo tanto no extraña a nadie que hoy el desafío sea el vino. La variedad insignia es la Koshu, una uva blanca que da origen a vinos minerales y delicados en la región de Yamanashi a los pies del monte Fuji.

 

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