“Patagonia vende la primera botella, la segunda la vende la calidad que logramos en los vinos”

Bodega del Fin del Mundo es sinónimo de Patagonia. No solo es la bodega que inauguró el polo vitícola de San Patricio del Chañar, Neuquén, sino también la que mayor cantidad de botellas produce en la región.

A cargo de sus vinos se encuentra Sergio Pomar, uno de los enólogos jóvenes más destacados del país. Nacido en San Rafael, Mendoza, Pomar se mudó a Neuquén en 2016 para encargarse de Bodega Malma seducido por los desafíos que implicaban desarrollar una nueva región vitivinícola. Actualmente se ocupa de los vinos de ambas bodegas y en 2016 se consagró como mejor Winemaker Sub 40 de Argentina. Premio que le otorgaron sus propios colegas luego de realizar una cata a ciegas en Mendoza. Para la ocasión llevó su Malma Reserva de Familia Malbec 2014 (en nuestra tienda podes aprovechar las últimas botellas de la cosecha 2013), un vino que deslumbró a enólogos de la talla de Mariano Di Paola, Estela Perinetti, Gabriela Celeste, Pepe Galante y Edgardo del Pópolo.

 Del Fin del Mundo Reserva Chardonnay 2015, vino presente en nuestra selección exclusiva Marzo 2016, fue la excusa perfecta para conversar con él sobre la actualidad de los vinos patagónicos y esto fue lo que nos dijo.

Sergio, ¿cuál es tu definición del terroir patagónico? Patagonia es una región desértica, extrema y pura ubicada a los 39 grados de latitud sur. Un lugar con cualidades edafoclimáticas ideales para la obtención de uvas de alta gama.

Una de sus características distintivas es el viento, herramienta natural que nos asegura baja humedad ambiente y uvas sanas. Además las bajas precipitaciones anuales, rondan los 150 mm, definen un clima desierto sin accidentes climáticos como el granizo. Gracias a esto controlamos el suministro de agua hacia el viñedo por goteo. Estos aspectos nos permite realizar un manejo prácticamente orgánico del viñedo.

Otra cualidad es la marcada amplitud térmica que se registra durante el período de madurez y puede llegar hasta los 20 °C entre el día y la noche. Aquí, aún en verano nadie sale de casa sin un abrigo a mano. Esta gran amplitud térmica favorece el proceso de madurez y el equilibrio entre acidez y azucares de la uva.

Durante las noches la planta detiene su metabolismo y las uvas logran una curva más prolongada de madurez preservando mejor los ácidos naturales que dan vida a vinos de buena acidez natural.

Por otro lado tenemos una gran riqueza de suelos, nuestras vides están plantas sobre una de las caras de las paredes del valle que llamamos bardas, al plantar en dicho lugar tenemos el beneficio de cultivar en diferentes perfiles de suelos y ya con 15 años de experiencia podemos determinar los mejores lugares para los distintos varietales.

¿Qué cualidades destacas de los vinos de Neuquén? Ante estas características del terroir patagónico la vid trata de defenderse y produce racimos más pequeños, uvas más pequeñas con mayor concentración de los compuestos responsables del color, el aroma y la estructura de los vinos.

El rango de temperatura y horas sol nos dan una elevada concentración de azúcar en mosto, obteniendo vinos con alcoholes moderados a altos. Una ventaja, ya que muchos de los compuestos responsables de los aromas colores y texturas provienen de la síntesis de azucares de la planta, mas azúcares traduce en mas compuestos elaborados por la planta dando vinos más concentrados que se equilibran gracias a buenos niveles de acidez natural.

¿Cómo ves la actualidad de estos vinos en el mercado y su imagen para el consumidor? En un mundo preocupado por la contaminación y el cambio climático, Patagonia es reconocida por ser una región extensa y pura donde tenemos desde glaciares hasta ballenas, grandes extensiones vírgenes, baja población, abundante agua dulce y demás características que le otorgan un valor adicional a los productos de la región. Por lo tanto partimos con esa ventaja en donde la primera botella la vende la región y la segunda la calidad del vino que producimos.

Actualmente es una región consolidada en imagen y calidad, tenemos una gran aceptación de nuestros vinos y a pesar que la producción de la región no supera el 1,2% del total de Argentina tenemos una alta repercusión en el mercado local e internacional.

Neuquén es un terroir de grandes tintos, ¿cuál destacas como el ícono de la zona? Es muy difícil destacar un solo vino. Por ejemplo, el Malbec de Patagonia es intenso en todo sentido, aromático, de color profundo, buena acidez natural y estructura. Gracias a que se trata de una cepa fácilmente maleable podemos elaborar vinos para diferentes ocasiones de consumo, desde vinos ricos jugosos frescos y bebibles en lo corto plazo hasta grandes Malbec de guarda. Es una variedad versátil y de muchas facetas en donde la calidad en la heterogeneidad de perfiles, orígenes y estilos lo ha posicionado como la variedad insignia.

Aunque en realidad es un conjunto de vinos lo que destaca a la región. Si solo tuviese que elegir uno, sería nuestro Special Blend, un vino que traslada las características de la región a un corte tradicional de Malbec, Merlot y Cabernet Sauvignon.

Los blancos también son una apuesta fuerte, ¿por qué? Principalmente tenemos el beneficio de obtener vinos de alta acidez natural y sanidad impecable, características imprescindibles para elaborar ricos blancos. En ese sentido es que apostamos tanto al Sauvignon Blanc como al Chardonnay. En ellos vamos por el camino de la frescura y el carácter cítrico y herbáceo para nuestros Sauvignon y buscamos estructura y seriedad en los Chardonnay sin caer en crianzas exageradas o alta sucrosidad.

Este mes tendremos en nuestra selección exclusiva Del Fin del Mundo Reserva Chardonnay 2015, ¿qué podes contarnos del Chardonnay neuquenino y de este vino en particular? Este vino es fiel reflejo del camino que estamos tomando. En él buscamos la identidad de la región sin distracciones con una fantástica calidad de fruta y la expresión del vino, en frescura y tipicidad. Queremos que sea rico e intenso, que invite a seguir tomando. Redujimos la presencia del roble, aumentamos en frescura y disminuimos la presencia de sabores y aromas maduros. Hoy apostamos por la pureza varietal y su frescura.

¿Con qué otras cepas estas trabajando en este terroir? En Patagonia tanto el Syrah como el Cabernet Franc o incluso el Tannat se dan muy bien. En estos años hemos aprendido a conducirlas y elaborarlas obteniendo grandes vinos. Es una región que por su marcha climática nos permite tener un gran abanico de variedades de distintas ventanas de madurez, la vendimia en la región comienza normalmente la primera semana de febrero y se posterga hasta la primera semana de Mayo. Este clima nos permite madurar los extremos, por un lado el Pinot Noir el primer tinto en ingresar hasta Cabernet Sauvignon en el otro extremo, pasando entre ambos por el resto de las variedades tintas que tenemos.

Actualmente estamos trabajando en blancos con Semillón, próximos a lanzarlo como varietal, también desarrollando vinos rosados de variedades no tradicionales y por otro lado en tintos estamos apostando fuertemente en Petit Verdot, creemos que una gran variedad de grandes posibilidades a la hora de armar un corte.

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