Mendoza, tierra de sueños.

Por Alejandro Iglesias, sommelier AAS*.

Desde hace unos cuantos años Mendoza se convirtió en el destino favorito de muchos extranjeros que la ven como una tierra de oportunidades. Algunos para los buenos negocios, otros para concretar el sueño de la bodega propia. Este es el caso de Brigitte (B) y Philippe Subra (P), dos meridionales de Toulouse (Francia) que llegaron por casualidad y hoy se sienten mendocinos de pura cepa.
En 2003 dieron vida a su Bodega Carina donde elaboran exquisitos vinos de calidad excepcional bajo la supervisión del equipo del reconocido Michel Rolland.

¿Cómo llegaron a Mendoza?
P: En 1998 la empresa donde trabajaba, EDF-Electricité de France, me propuso gerenciar su filial de Cuyo, Distrocuyo (Transporte de electricidad alta tensión en la zona de Cuyo), así que en agosto de ese año nos mudamos a Mendoza.

¿Cuál fue la primera impresión al llegar a Mendoza?
B: Ya Philippe conocía, había estado en 1993 en Argentina. Luego, descubrimos Mendoza en mayo de 1998 y encontramos una ciudad muy linda, con gente muy amable. Una impresión que se reforzó cuando nos instalamos, al conocer más gente. Más aún cuando descubrimos sus maravillosos paisajes.

¿Cómo surgió la idea de desarrollar la bodega propia?
B: Cuando Philippe terminó su con contrato EDF la idea era volvernos a París pero, justo en ese momento, encontramos casi por casualidad lo que hoy es nuestra finca de Cruz de Piedra. Un hermoso y antiguo viñedo de Malbec con lo que quedaba de una pequeña y vieja bodega.
Así surgió la idea de armar nuestro proyecto, pequeño pero completo, con la idea de llegar desde el origen al consumidor… nos gusta decir: desde la tierra directo a la copa del visitante. Siempre sentimos que la finca nos eligió a nosotros y nos sumergimos en esta aventura.

Pero imagino que más allá de la posibilidad de comprar una linda finca hubo algo más que los retuvo en Mendoza. ¿Qué fue?
B: En realidad, ha sido un conjunto de varias circunstancias. Como decíamos, ocurrió cuando teníamos que elegir entre volver a trabajar en París o hacer otra cosa… nos habíamos encariñado mucho con la gente de Mendoza, el entorno, sus vinos, y algunas cosas más. Entonces habíamos decidido tener un lugar para volver de vez en cuando para lo que emprendimos la búsqueda de una finquita. Visitamos varias hasta que encontramos la de Cruz de Piedra, donde estamos ahora. Además hacía tiempo, incluso antes de venir a Argentina, Philippe pensaba en tener su propio emprendimiento. Además fue en este momento que se comenzaba a hablar del potencial de los vinos argentinos para la exportación gracias a su calidad. Todos estos factores reunidos en un mismo momento nos ayudaron a tomar la decisión de quedarnos en Mendoza, y emprender CarinaE.

¿Hoy cómo reparten su tiempo entre la finca y la familia?
P: La actividad en CarinaE ocupa la mayor parte de nuestro tiempo. Sin embargo tenemos toda la familia en Francia, particularmente nuestros hijos y nietos. Ellos vienen de vez en cuando, pero tienen sus vidas y sus trabajos allá, entonces sus venidas son poco frecuentes. En la medida de lo posible tratamos de escaparnos 2 o 3 veces por año y aprovechamos para realizar visitas comerciales a nuestros distribuidores.

¿Ya tenían alguna experiencia en el mundo del vino antes de comenzar con CarinaE?
P: No, no teníamos ninguna experiencia en el sector vitivinícola. Por eso hemos decidido desde el primer momento trabajar bajo la supervisión de Gabriela Celeste, responsable del equipo de Michel Rolland en Argentina.

Pero sí eran amantes del vino,cierto?
P: Siempre nos ha gustado la buena comida y el buen vino! Pero nunca habíamos sido educados para saber o apreciar un vino. Como mucha gente, nos gustaba o no… así de simple. En este sentido la llegada a Mendoza fue muy impactante para nosotros. Aprendimos acerca de vinos, su calidad, etc… hoy somos bodegueros!

¿A qué se debe el nombre CarinaE y por qué lo eligieron?
B: Philippe es un apasionado de la astronomía, así que decidimos buscar algún nombre relacionado a los astros. CarinaE es un nombre latín que se desprende de Carina (o de la Carena), una constelación muy linda del hemisferio sur. Nos gustó este nombre, particularmente con la E al final que nos pareció vestirlo con un toquecito original.

¿Cuál es la filosofía de trabajo de la bodega?
P: Trabajar en forma artesanal, apuntando exclusivamente a la elaboración de vinos de alta y muy alta calidad. Nos gusta ofrecer al cliente que nos visita una recepción cálida y personalizada junto a un producto con carácter.

¿Cómo está integrado CarinaE?
B: Somos un equipo pequeño que trabaja mucho por un proyecto que amamos. Somos 11 personas entre el personal de las fincas, de bodega, administración, comercial y turismo… y lógicamente Philippe y yo.

¿En qué tareas se han vinculado ustedes?
P: En varias. Obviamente, gerenciamos la empresa. Yo me dedico más a la gestión financiera, la parte técnica y operativa, tanto en la bodega, las fincas y el mercado externo. Brigitte está más en recursos humanos, administración, turismo, mercado interno y comunicación.

¿Han logrado cumplir el objetivo que plantearon al inicio del proyecto?
B: Sí! Sin embargo nos ocupa tanto tiempo que algunos proyectos deberán esperar. Hoy queremos organizar mejor nuestro tiempo para poder disfrutar de CarinaE con nuestra familia.

¿Cuáles son los planes para los próximos años?
P: Tener un crecimiento razonable, para consolidar la empresa sin perder nuestros objetivos de calidad. Queremos que nos conozcan por nuestra filosofía de bodega boutique con vinos de calidad.

¿Cómo definen los vinos de la bodega?
P: Pensamos que hacemos vinos con mucha personalidad y modernos. Significa que son vinos frutados, estructurados y suaves en boca, balanceados. Por estas características, son vinos que se pueden beber jóvenes pero también tienen capacidad de guarda. Nos gustan todos nuestros vinos. Hay uno para cada momento. Sin embargo nuestros favoritos son los premium… simplemente porque son los mejores de nuestra producción.

*Miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers ”

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