La poda

<!DOCTYPE html><html><head></head><body><p>Una práctica fundamental para controlar la producción en la viña y lograr uvas de buena calidad.</p></body></html>

Verónica Gurisatti

23 de noviembre de 2013

Notas:

 

Por Verónica Gurisatti

Como la viña es una planta trepadora es necesario podarla para controlar su crecimiento y producción de racimos, ya que si se la deja crecer en total libertad desarrolla un tronco muy largo con frutos pequeños que no tienen la calidad necesaria para elaborar vino. Por eso es tan importante esta práctica que realiza el viticultor y consiste en reducir la parte vegetativa de la planta (sarmientos, brazos y partes del tronco) para mejorar el rendimiento y la calidad de las uvas.

Para cumplir este objetivo la vid tiene que estar equilibrada y con un número apropiado de brotes de vigor para madurar correctamente sus racimos. La capacidad de cada planta depende de factores internos (variedad, edad y estado sanitario) y externos (clima, suelo y manejo del viñedo) y esta práctica influye favorablemente en la cantidad y calidad de la uva. Por lo tanto, cada viticultor elige el sistema más adecuado para mejorar la rentabilidad de su cultivo.

El sistema de poda elegido refleja la filosofía de cada productor: más uva y menos calidad o menos uva y más calidad, y si bien existen de muchos tipos se suelen determinar por el tipo de uva o variedad, la edad del viñedo, el clima, el suelo, etc., pero la más importante es la que se hace en invierno cuando la vid mantiene sólo su esqueleto y la savia no circula. Aquí, cuáles son los tipos de poda más importantes que se realizan en el viñedo.

Tipos de poda
Poda de formación

Se realiza cuando la vid es joven y está recién plantada para determinar la forma y el tipo de crecimiento de la planta. Hay varios tipos de poda de formación que varían según el clima de la región, la cepa y el sistema de conducción; se hace durante los tres o cuatro primeros años, siempre en invierno y en primavera.

Podas de fructificación

Cuando la viña adquiere su forma definitiva se realizan las podas de fructificación y sirven para mantener su forma y controlar su crecimiento. La reducción de los sarmientos y de las yemas que brotan cada año hace que los racimos se beneficien con una mayor insolación y ventilación y así aumentan su calidad y rendimiento.

Poda de invierno

Se realiza todos los inviernos después de la caída de las hojas y antes de que vuelvan a salir los nuevos brotes, cuando la planta se encuentra en estado vegetativo. Sirve para eliminar los sarmientos de la temporada anterior y recortar las maderas de dos años y más, y para favorecer la regeneración de la planta.

Poda en verde

Complementa la poda de invierno y se realiza al final de la primavera, una vez que la vid ya brotó, para eliminar las yemas, los sarmientos verdes jóvenes, las hojas sobrantes y los brotes mal ubicados que serán poco fértiles y sirve para bajar el rendimiento de la planta y obtener así uvas de mejor calidad.

 

 

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